¿Qué le pasa a Titín?

En el panorama manista hay un pelotari que jamás deja indiferente al aficionado, Titín III. El de Tricio lleva un Parejas horrible, sin confianza. Sus más próximos explican las causas.

L. GUINEA / J.HERNÁNDEZ / Diario de Navarra
EL pasado 28 de octubre la rodilla izquierda de Augusto Ibáñez chasqueó mientras se entrenaba con Jorge Nagore en el Labrit. Aquel pequeño incidente supuso el punto de partida del bajón deportivo que sufre el delantero de Tricio. Aquella ligera molestia fue examinada con más detenimiento el 9 de noviembre en la Clínica San Miguel. Entonces se le detectó una contrapatía en el cartílago de la troclea de la rótula. O lo que es lo mismo un desgaste de la membrana cartilaginosa fruto de los golpes acumulados durante tantos años de pelota profesional. Todo un aviso para navegantes.

Tras salir del hospital el pelotari dijo que a pesar de la lesión su forma de jugar no iba a cambiar. Pero no ha sido así. Estuvo un mes parado y desde su eliminación contra Barriola en el Cuatro y Medio ha jugado 11 partidos, de los que ha perdido siete. Tres de ellos en el Parejas.

«A mí no me parece nada extraño. Hay que tener en cuenta que Titín ha estado un mes parado, que tiene 36 años y que la forma que tenía va a tardar en recuperarla», comentaba ayer José María Urrutia, responsable médico de Aspe. «El problema del cartílago está ahí. A mí me da la sensación de que se tira al suelo a rematar menos que antes. ¿Por qué lo hace? Yo creo que responde a una cuestión de confianza. Cuando tenga una racha de resultados buena seguirá siendo el de antes».

Pero más que los propios resultados, lo que preocupa es la actitud del pelotari. Fallón, impreciso, no tan letal en ataque y sin transmitir como en otras ocasiones.Quienes trabajan a diario con el delantero de Tricio apuntan que en las últimas semanas se le ha visto tristón, sin confianza.

«Esta dinámica podía resultar peligrosa si el problema acabara enquistándose y se cerraran las salidas. Pero ni es probable ni va a ocurrir. El problema de Augusto es que está atravesando una mala racha», explica su mentor, amigo y entrenador personal, Joaquín Plaza. «Desde lo de la rodilla Titín no ha terminado de reencontrar su juego. Eso le ha creado una cierta desconfianza. Psicológicamente le influyó y le creó un cierto desaliento. Todo eso se nota en la cancha y la gente especula porque no suele ser habitual. Pero de ahí a alarmarse hay un trecho».

¿Actúa bien su empresa?

Pero además de la lesión de la rodilla y de toda la desconfianza que ha generado en el pelotari hay más cuestiones. Titín III cumplió 36 años el pasado 13 de enero, es profesional desde septiembre del 92 y la empresa lo programa una media de 80 partidos al año. El de Tricio los juega todos como si fueran una final, pero la empresa no siempre le pone un zaguero con garantías.

«En estos momentos Titín está necesitando un apoyo que no se le está prestando. Lo digo públicamente porque estoy convencido de que es así. No se trata de que se le empuje sino de que se le cuide un poco más. Tras la lesión reapareció nada menos que frente a Olaizola II y Patxi Ruiz. No se le está ayudando en las programaciones. A Aimar Olaizola, cuando tuvo problemas físicos, se le cuidó, se le mimó en cuanto a contrarios, material, etc. Pero esto no ocurre con Titín», argumentaba ayer Plaza.

Y la queja del entorno del pelotari no va dirigida tanto al campeonato, sino a la cantidad ingente de festivales amistosos que el delantero de Tricio juega al cabo del año. Jokin Etxaniz, responsable técnico de Aspe, apunta que Titín jamás ha pedido que le programen con uno u otro zaguero. Si bien reconoce que es un detalle que debe cuidarse más.

«El bajón de Augusto no será repentino, pero hay que ser consciente de que va a ir llegando», explica Etxaniz. «A la edad que tiene hay que darle menos ventajas al contrario y cuidar más sus zagueros».

Habrá que ver qué pasa en la fase de cuartos, pero la cuestión está ahí. Titín III sólo hay uno, y no es eterno.

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