“Hormen Arteko Oihartzunak” aunó cesta, música, danza y electroacústica en el frontón de Hondarribia

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El compositor musical Gorka Alda llenó en la noche del viernes el frontón Jostaldi de Hondarribia en el estreno de su obra “Hormen Arteko Oihartzunak” y fue despedido con una cerrada ovación tras su particular tributo a la cesta punta con un concierto escénico que aunó la cesta, la música, la danza contemporánea y la electroacústica.

El espectáculo se inició  con puntualidad británica con un peloteo entre Egiguren II-Hernández y Foronda-López al que siguió un “partido” entre los cuatro saxofonistas de Sigma Project desde la grada para dar paso a la contienda en la cancha entre los bailarines Eneko Alcaraz, Eneko Balerdi, Aiert Beobide y Jorge Lastra en coreografía de Mikel Aristegi.

Después fueron llegando las fusiones de los diferentes elementos empleados entre los que brillaron con luz propia el choque sin pelota entre Egiguren II y López en la que los músicos ponían sonido a los pelotazos y sus saxofones imitaban a la cesta punta en sus golpeos. Hubo tiempo también para la conjunción de danza, música y electroacústica, e incluso, con la cesta como cuando Egiguren II se lamentó de su error contra la pared.

La traca final con un nuevo duelo entre las dos estrellas de Jai-Alive coreadas por los dantzaris y los bailarines puso el broche de oro a un espectáculo bien trenzado y realmente sorprendente de algo más de una hora de duración en la que Gorka Alda, alma máter del proyecto, logró su objetivo de convertir al frontón en una caja metafísica, tal y como expuso en su día otro creador sin par de Euskal Herria, el desaparecido Jorge Oteiza. Los ecos entre las paredes del frontón resonaron con fuerza.

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Fuente Jai Alive

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