Miguel Mari Urrutia se proclamó ayer en el frontón Galarreta campeón del Torneo Casino Kursaal de remonte, al lograr un agónico triunfo ante un rival que le apretó las tuercas hasta el final, el delantero guipuzcoano Patxi Zeberio (triunfo por 35-33, después de una hora y media de partido y 276 pelotazos a buena). A sus 26 años, el zaguero de Saldias logra su segundo título consecutivo en el Campeonato Individual, y se confirma como una referencia en el panorama del remonte profesional.
Urrutia obtuvo la txapela con pleno merecimiento, tras ganar sus dos partidos en la liguilla de semifinales (35-33 ante Zeberio II y 35-23 ante Altuna II) e imponerse también a Zeberio en la gran final. Su exhibición de facultades físicas y recursos técnicos ha sido sobresaliente… y, no obstante, necesaria, pues se topó con un Zeberio II correoso y competitivo al límite, que le puso la final tremendamente cuesta arriba. El delantero de Elduain estuvo en la final impecable en el peloteo, dio una gran dirección a todos su envíos (su rival sólo falló dos pelotas en todo el partido… y fueron sendos rebotes) y marchó con ventajas en el marcador hasta el muy avanzado el choque (27-28)
El zaguero de Saldias, flamante campeón y claro favorito para la cátedra (se cantaron momios de 55 euros a 100 a su favor, con el 0-0) saltó a la cancha sorprendentemente nervioso: no carburaba en el peloteo, no mostraba la facilidad de otras tardes. Eso lo aprovechó un Zeberio II agazapado, que supo aprovechar los regalos de Urrutia y su propio saber estar para aguantar el chaparrón inicial (Urrutia se adelantó 4-0 y 6-2) y darle la vuelta a la situación después (7-8 y 8-10).
De ahí hasta el final, el partido se convirtió en tobogán de idas y venidas, siempre con Zeberio II por delante, pero con escasas rentas. Al guipuzcoano, que lo hizo casi todo bien, le faltó tan sólo ser más determinante con su saque: acabó el partido sin ningún tanto directo, y esa fue demasiada losa para abrir brecha en el marcador. A trancas y barrancas, Urrutia sujetó el partido intercalando golpes de genialidad (hizo 6 tantos directos con saques de gran violencia, además de jugadas de gran precisión, con un gran botecorrido en el 28-28) y errores de bulto (cometió hasta 4 faltas de saque, un número excesivo).
En el tramo final y con todo por decidir, el zaguero de Saldias sacó petróleo de su saque para romper la dinámica de continuos empates (34-32), y selló el triunfo gracias a lo mejor que hizo en todo el partido, restar los saques de su adversario (35-33).
Fuente Remonte Berri