El triunfo de Olaizola II en la prensa pelotazale

Olaizola II, feliz. Foto de Usoz publicada en El Diario Vasco

Entresacamos lo que dice hoy la prensa pelotazale sobre la quinta txapela en el Cuatro y Medio de Aimar Olaizola.

En cuanto a Juan Martínez de Irujo se le fue la pelota abajo, el 22-12 subió al electrónico y Aimar alzó los puños, miró al cielo. Enseguida le arroparon sus amigos, los de la cuadrilla de Goizueta. Más tarde llegó su hermano Asier y se fundieron en un abrazo. Aquella era una txapela de dos Olaizola por su padre, Andrés, fallecido hace diez días. El título tenía además un tinte histórico, Aimar se convertía en el pelotari con más títulos de la historia dentro del Cuatro y Medio, con cinco entorchados.

Aimar gana a Irujo con sus armas (Lezeta, El Diario Vasco)

Paradojas de la vida, Aimar Olaizola superó a Irujo con sus propias armas: el saque y una pelota más viva que las suyas. Tampoco pudo obtener provecho de haber entrenado más y haber jugado dos partidos de parejas mientras el de Goizueta permanecía inactivo.

Una txapela con el corazón (Leoné, Diario de Noticias de Navarra)

Aimar Olaizola ganó ayer la txapela del corazón. La quinta que logra del Cuatro y Medio en otras tantas finales disputadas. La que le convierte en el pelotari más laureado de la modalidad. La que le ofreció a su padre Andrés, recientemente fallecido. La que conquistó después de romperse hace menos de un mes la última falange del dedo corazón de su mano izquierda.

El metrónomo más fiable (Ormazabal, Gara)

La fiabilidad de los aparatos se comprueban en las situaciones más extremas y, en una final especialmente complicada, Aimar Olaizola demostró ayer en el majestuoso Bizkaia de Bilbo que, al menos en esto del Cuatro y Medio, es el metrónomo más fiable, no ya del panorama actual sino de la historia de esta modalidad cada vez más pujante. El de Goizueta no tendrá, quizá, la capacidad de responder al Prestissimo que Juan Martínez de Irujo es capaz de marcar en sus jornadas más inspiradas, pero sí que puede mantener siempre, sin perder nunca el tiempo ni el compás, ese Allegro con el que está completando un palmarés de auténtico lujo.

Olaizola II ya es un mito del Cuatro y Medio (Soto, La Rioja)

Aimar Olaizola es el rey del Cuatro y Medio. Ayer sumó su quinto título de la modalidad, lo que le convierte en el máximo dominador de la ‘jaula’, tras superar en ‘txapelas’ a Retegui II. Y lo hizo contra pronóstico. Pocos daban un duro por él. Con el dedo corazón de su zurda roto y tras dos aplazamientos, todo parecía dispuesto para que Juan Martínez de Irujo se diera un paseo por el frontón Bizkaia.

Aimar hace historia (Rey, El Correo)

“No me obsesionaré con la zurda de Aimar”, dijo el de Ibero el jueves en la elección de material. Pues sí, porque la zurda fue de nuevo el arma letal que siempre le ha distinguido al de Goizueta. Pero ayer hubo muchas más cosas en contra de Irujo: La experiencia y el saber estar en la cancha de su enemigo, que ha ganado las cinco finales disputadas en esta modalidad. Irujo cometió siete errores en pelotas no forzadas y dejó sin restar seis saques del de Goizueta. Dos datos determinantes en su derrota.

Mereció la pena esperar (Ladis Galarza, Mundo Deportivo)

El de ayer fue un partido intenso en el que Olaizola II jugó a un nivel buenísimo. A pesar de los rumores sobre su estado físico, estaba claro que si iba a jugar la final era porque estaba en condiciones y así lo demostró ayer. Los dos jugaron bien, con mucha intensidad desde el principio. Irujo quizá no estuvo al nivel que se esperaba, él es un poco más de lo que vimos ayer en el Cuatro y Medio, pero no tuvo el punto de mira acertado y eso se acaba pagando. Y más si tienes enfrente a un Olaizola II siempre colocado en su sitio que realizó un partidazo y que se llevó la txapela con total merecimiento.

«Quería dedicarle esta txapela a mi padre» (Aramendia, Deia)

Con rostro sereno y alegría contenida salió Aimar Olaizola a sala de prensa. Desde ayer, cinco veces campeón del Cuatro y Medio. El de Goizueta se hizo en Bilbao con una nueva txapela en un día especial para él. Con la compañía de su hermano Asier, pero con la ausencia de Andrés, su aita. «He pasado unos días muy duros y le quería dedicar esta victoria a él, por eso es especial para mí. Siempre solía venir a las finales y seguro que esta también la habrá visto desde ahí arriba», señaló el pequeño de los Olaizola, quien reconoció no haber tenido «ninguna molestia» durante el transcurrir de una final del Cuatro y Medio a la que llegaba con la incertidumbre del estado de su dedo.

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